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La Barcelona de Cerdà

Cuando miras el mapa de Barcelona, ves una colmena de cuadras formada por largas y anchas calles que se van cruzando. Se trata del barrio de l’Eixample (Ensanche), que se extiende y ramifica a lo largo de la ciudad. Éste tiene un nombre catalán muy apropiado, puesto que esta zona fue construida para unificar el centro histórico a los pueblos cercanos, que hoy en día forman un conjunto de diez barrios. El ingeniero Idelfons Cerdà fue el hombre que propuso este plan urbanístico en 1859, un diseño moderno para la época: Cerdà pensaba ya en los coches y el medioambiente. Este año, se cumplen los 150 años del Plan Cerdà.

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Si quieres descubrir el Eixample, puedes empezar por perderte en su cuadrícula, pero es probable que tengas la sensación de que todo se parece. Edificios altos y de estilo modernista, oficinas, hoteles, restaurantes, tiendas, árboles, aceras muy anchas – con ese símbolo de la flor –, coches… Hoy es un barrio de clase media-alta y sobre todo residencial, pero es también aquí donde nació el barrio gay, que es conocido como el Gayxample, situado en la parte izquierda. En l’Eixample derecha se erigen la famosa Sagrada Familia, La Casa Batlló y La Pedrera, en el Paseo de Gràcia.

Pero en sus orígenes la idea de Cerdà era que cada manzana fuera un conjunto de residencias con un espacio verde en medio –las islas – (conocidas en Barcelona como patio de manzanas). Hoy en día no quedan muchos, puesto que poco a poco se aprovecharon para construir más viviendas. Si los vas buscando, te encontrarás con jardines o parques para niños, ¡un gran sueño de los barceloneses!

Cerdà quería hacer una ciudad a la medida del hombre. Había previsto el centro de la ciudad en Gloríes – donde se encuentra la Torre Agbar –, zona desde la cual sale la avenida meridiana hacia el norte. La llamó Meridiana pensando en el meridiano de la tierra. También de allí sale la avenida Diagonal, que cruza toda la ciudad, y fue concebida para facilitar la movilidad. Una anécdota curiosa: la primera piedra del Eixample fue instalada en 1860 en la Placa Catalunya.

De la misma manera, las calles de l’Eixample son tan anchas porque Cerdà quería dar luz y aire a la urbe. Las esquinas cortadas – llamadas chaflán – fueron creadas para que los carritos de caballos pudieran parar sin molestar el tráfico. Hoy, sirven como aparcamientos y zonas de descarga. Puesto que Barcelona es una ciudad portuaria, su tránsito de viajeros siempre fue muy intenso. Pero la ciudad se quedaba encerrada en una muralla – la Ciutat Vella – que hacía falta derrumbar para abrir la ciudad y crear, de esta manera, una urbe moderna que respirara. Sin la aportación de Cerdà, Barcelona no sería lo que es…

Si deseas saber un poco más sobre esos 150 años de modernidad urbanística, te invitamos a visitar las exposiciones que están repartidas en varios centros de la ciudad durante todo el año. Para las fiestas de la Mercé, a finales de septiembre, l’Eixample será un espacio privilegiado. Y la manera más sencilla de descubrirlo es que vengas a pasear por las calles del Eixample durante unos días. Reserva los mejores Apartamentos en Barcelona y disfruta de sus diferentes barrios.