Como en la segunda entrega del Señor de los Anillos, “las Dos Torres”, en Sevilla, la torre más significativa de la ciudad e incluso de Andalucía, la Giralda, se ve amenazada por una fuerza oscura. Su categoría de Patrimonio de la Humanidad podría ser destronada por la construcción de otra torre, la Torre Cajasol.
Durante siglos la Giralda fue el monumento más alto de España y hasta el momento lo sigue siendo de Sevilla. Y digo hasta el momento porque para el 2012 está prevista la culminación de la Torre Cajasol, también conocida como Torre Pelli, que da nombre a su artífice, el arquitecto César Pelli. Ésta tendrá una altura de 178 metros y actualmente hay construida una cuarta parte de su altura total. De esta forma, la Giralda con sus 97,5 metros (101 metros con el Giraldillo) dejaría de ser la torre más alta de la ciudad.
Pero no sólo peligra el honor de la Giralda, sino todo el conjunto del cual forma parte: La Catedral de Sevilla, el Alcázar y el Archivo General de las Indias, declarado Patrimonio Nacional en 1928 y Patrimonio Mundial en 1987.
Quien otorgó este título también se lo puede quitar. Hablamos de la Unesco. Dos de sus delegados, José Aguiar (del centro de Patrimonio Mundial de la Unesco) y Elvira Petroncelli (de Icomos-Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos), visitaron las dos torres para determinar el impacto visual que el rascacielos provoca sobre el casco antiguo. Construido en el Aljarafe, aunque no provoca una afección visual directa, si es un elemento absolutamente negativo para el paisaje histórico de la ciudad.
Evidentemente los representantes de la Unesco se reunieron con todas las partes, a favor y en contra. Por un lado, estuvieron en la Torre Pelli, donde los directivos de Cajasol presentaron el proyecto arquitectónico y su adaptación al PGOU. Por otro lado, se reunieron con colectivos en contra, la Plataforma Ciudadana contra la Torre Cajasol, también conocida como Túmbala, los cuales argumentaron, a través de especialistas en la materia, la insostenibilidad de seguir adelante con el rascacielos (el coste total previsto asciende a más de 330 millones de euros), además de la pésima repercusión que tendría sobre el patrimonio.
Finalmente, estos se reunieron con el consejero de urbanismo y con el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido (PP) para advertir de la posible descatalogación del conjunto histórico como Patrimonio de la Humanidad. Y aunque el asunto se ha llevado con cierto secretismo, el Comité Mundial de Patrimonio de la Unesco, en pocas semanas dictará sentencia. El señor Zoido, en vista del panorama que se le avecina, ha declarado “si hay que elegir, me quedo con la declaración de la Unesco”. Por eso, ha buscado teóricos socios con los que hacer frente a las posibles indemnizaciones en caso de que hubiera que paralizar las obras.
Esperamos impacientes la respuesta de la Unesco. Dejará de ser la Giralda Patrimonio de la Humanidad? En todo caso, pase lo que pase, será una lección de cómo no deben hacerse según que políticas urbanísticas. Es lógico que la ciudad quiera arquitecturas modernas, pero no por eso hay que realizar proyectos insostenibles y mal estudiados. Lo nuevo no tiene por qué estar reñido con lo antiguo, simplemente hay que saberlo integrar!.
Para más info: http://ciudadaniacontralatorrepelli.blogspot.com/
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