Un paseo durante un domingo de otoño a los Castelli Romani, o Castillos Romanos, es un plan ideal tanto para quien ya los conoce como para quien nunca ha estado allí. Cada vez que pienso en este lugar en las afueras de Roma, con su encanto único, recuerdo inmediatamente los domingos con mi familia: “Hoy nos vamos a los Castelli Romani”y sabías que te esperaba un día especial.
Pueblos de cuento de hadas en medio de la naturaleza, con unos lagos preciosos. No en vano los Castelli Romani eran la residencia del Papa durante la temporada de verano. Y si el mismísimo Papa eligió este lugar para descansar, sin duda, algo debe de tener.
Hoy quiero contaros curiosidades, tradiciones y maravillas de este paisaje italiano de ensueño. ¡Empezamos este tour juntos!
Frascati
Frascati es una ciudad al sudeste de Roma, famosa por sus villas tusculanas pertenecientes a la nobleza del Papado, construidas por la aristocracia durante el siglo XVI. Al principio, eran casas rodeadas por bosques, pero después se convirtieron en edificios señoriales: los Castillos. Representan el estilo de la villa romana de la época imperial donde se solía acudir a meditar. Hoy en día, están abiertas al público y uno puede ir allí a pasar el día por sus jardines o disfrutar de una cena en alguno de los restaurantes que se han construido dentro. Es el destino perfecto para una noche original y romántica con vuestra media naranja, con vistas a la ciudad eterna iluminada.
Además, la mayoría de las villas tuscolanas presentan frescos a su interior, por lo que se añade un valor artístico y cultural considerable.
Mi favorita es la villa Aldobrandin, por su encanto antiguo. Es imposible no ver este enorme edificio nada más entrar en Frascati, en plaza principal.
Castel Gandolfo
Un pueblo medieval que invita a pasear y relajarse y donde se pueden degustar algunos de los mejores platos de la cocina romana. De hecho, ofrecen rutas enogastronómicas de lo más recomendable. ¿Habéis oído hablar de la palabra “fraschetta”? Son unas tabernas tradicionales de este lugar. Tienen un origen muy antiguo, medieval. Os aconsejo parar en una de estas tabernas para disfrutar de los sabores de la cocina romana, os vais a levantar de la mesa satisfechos. Buena comida acompañada de la alegría de la gente del lugar, con la simpatía del sonido del dialecto de Roma, que le da a todo un sabor diferente.
Después seguís paseando por el Palazzo Apostolico, un conjunto de construcciones majestuosas, entre las cuales se encuentra la residencia del Papa, para terminar con una panorámica del lago de Castel Gandolfo.
Lago Di Nemi
Próxima parada: Lago di Nemi. Muy bien, hemos llegado al final de nuestro tour. ¿Sabíais que este era el lugar donde los antiguos romanos se encontraban para descansar y divertirse? Actualmente la cosa no ha cambiado mucho, ya que todavía conserva ese aire de tranquilidad y la belleza de sus paisajes que cautivan a cualquier visitante. La flora y la fauna de este lugar son estupendas. Un fruto típico de aquí son las fresas pequeñas de bosque y si vais a pasar por aquí, aprovechad para pasear alrededor del lago y recoger unas cuantas. Sin duda, una de las actividades más bucólicas que se pueden realizar.
Los Castelli de Roma están a apenas 30km de Roma, por eso si vais a pasar unos días en un apartamento en Roma, vale la pena dedicar al menos un día a descubrir este locus amoenus.