Una buena manera de descubrir la verdadera esencia de las ciudades es pasearse por sus mercados. En los países del sur de Europa, los mercados son donde se reúne la gente cada día, donde las tradiciones no se modernizan con el paso del tiempo. Si te encuentras en la ciudad de Oporto, ese epicentro de gente, comida y color es el Mercado de Bolhão.
Este es un lugar que ningún visitante a la ciudad se puede perder. El mercado está situado en un edificio de dos plantas con un gran patio interior, donde se cobijan los puestos de que venden, fruta, verdura, pescado y carne, todo de lo más fresco posible. El ambiente que se respira en este mercado es totalmente auténtico, y es frecuente escuchar como chillan los vendedores y vendedoras ofreciendo sus productos y a los bajos precios a los que los venden. Aquí venden todo de productos frescos y si vas temprano por la mañana podrás ver como los payeses entran con sus productos para venderlos a los tenderos. El mercado está abierto cada día desde las 7h hasta las 17h, aunque si quieres encontrar lo más fresco y disfrutar de este bullicioso lugar es mejor ir por la mañana.
Si estás planeando hacer una comida tradicional portuguesa y cocinarlo tú mismo, el Mercado de Bolhão es el lugar ideal para ir. Se puede llegar muy fácilmente aquí ya que solo tienes que bajarte en la parada de metro de Bolhão, con el mercado situado en la Rua Sá da Bandeira, en el barrio de Santo Ildefonso. En este lugar lleva comerciándose comida desde el año 1839, cuando la Cámara de Oporto decidió construir una plaza para comerciar sus productos. El lugar fue desarrollándose y en 1914 se construyó el edificio en que está situado hoy, que para esa época fue todo un avance en arquitectura, construido con hormigón armado en estructuras de metal cubiertas de madera y mampostería de granito. Hay que decir que para nada tiene la espectacularidad de otros mercados europeos pero sin duda será una perla para aquellos que busquen lo auténtico. Además, lo bueno de este mercado es que todas las paradas están agrupadas según lo que venden, por lo que podrás comparar precios sin tener que ir de una punta a la otra.
Desde entonces, el mercado ha sufrido muchas remodelaciones, la más reciente en 2007 y no ha sido sin sus controversias para preservar la apariencia original. Además, aquí se puede comer y tomar algo además de comprar comida, y puedes tener por seguro de que lo que comerás aquí será de lo más fresco. Los pequeños bares que hay venden platos de cocina tradicional portuguesa (no te puedes perder la famosa francesinha, el bocadillo de carne con queso fundido por encima y salsa, servido normalmente con patatas fritas) a precios muy bajos.
De todos modos, no todo lo que se vende aquí es comida. También hay paradas que venden productos típicos de la zona para llevarte para casa como recuerdo, ideales para hacer regalos. A diferencia de otros mercados de grandes destinos turísticos, el Mercado de Bolhão no ha sido ´corrompido´ por el turismo y mantiene la autenticidad y tradición que lleva mostrando desde su apertura hace casi 175 años.