Estuve a punto de escribir lamentando el curioso fenómeno de las Giras 2010, que sobre todo, se trata de festival tras festival, la gran mayoría de los cuales destacan unos artistas invitados de cabecera que son ya más fósiles que rockero. Pero cuando me enteré que Patti Smith tocará el viernes 28 en Roma en el Teatro Romano di Ostia Antica, ese cinismo se me fue.
Si hay alguien que deberíamos de tener una oportunidad de ver, apreciar y agradecer por ser una leyenda viviente del rock (que tambien escucha opera), es Patti Smith.
Muchas la llaman la “Suma Sacerdotisa del Punk” apodo que ha ganado a lo largo de los años encarnando lo que es la música punk no sólo en términos sónicos sino espirituales, políticos, y emocionales. Creció en una familia religiosa de clase obrera. En 1967 dejó su pueblo por Nueva York, en lo que sería no solo una mudanza que le cambiaría la vida pero también la historia de la música.
A diferencia de muchas “estrellas” de hoy en día, su camino le llevó de unos principios muy humildes a la fama mundial no por su manera de vestirse, producirse o atraer la atención de la prensa rosa sino por su energía e inteligencia como cantante y letrista, sus asociaciones artísticas y políticas y su actitud energética y empática. En nueva York se junto con figuras como el fotógrafo Robert Mapplethorpe, dramaturgo Sam Shepard y músico John Cale. Influyó a toda una generación de rockeros, dejó a la farándula para criar sus hijos, y volvió a tocar después de la muerte de su marido, en parte porque amigos como Michael Stipe y Allen Ginsberg le aconsejaba que le ayudaría superar su dolor.
Aparte de ser músico, es poeta, escritora, y reciéntemente publicó una memoria de su tiempo en los años 70 en Nueva York Just Kids. Aprovecha esta oportunidad para verla ahora en Roma. Alquila apartamentos en Roma, porque la noche a veces es muy larga, y te conviene descansar.