Junto a Budapest y al lago Balaton, Pécs es parada obligada si decidís salir de periplo por Hungría. Es la quinta ciudad más grande del país y allí se vive prácticamente de la cultura, del Art Nouveau y de los museos. Y es que Pécs fue Ciudad de la Cultura 2010 por sus huellas y legado romano, croata, griego, serbio, alemán, turco y judío. Y también es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. A pesar de no ser demasiado grande, era la antigua puerta de los Balcanes y zona de paso para todas estas civilizaciones que fueron transformándola a lo largo de los siglos.
A 200 kilómetros de Budapest, Pécs es una escapada perfecta:
Un paseo por los museos
Si buscáis pinturas post-impresionistas las encontraréis en el Museo de los artistas húngaros (en la calle Janus Pannonius número 11). También es muy aconsejable visitar las ruinas romanas de la Necrópolis paleocristiana de Sopianae, que es del siglo IV y ha sacado a la luz a lo largo de los años más de mil tumbas. Se puede ver a través de una cabina de techo de cristal que se ilumina por las noches (en Szent István tér 12) y tienen especial valor arquitectónico por haber sido excavadas bajo tierra como cámaras funerarias. Y sin olvidarnos de su valor artístico ya que se conservan perfectamente ornamentadas con pinturas murales cristianas. Y para terminar el paseo cultural, la basílica neo-románica de San Pedro que tiene cuatro torres y un museo de la bóveda. Las vistas desde allí son inmejorables.
De vinos por la región
En Pécs se respira una atmósfera de mentalidad abierta, alegre y mediterránea. Y es que una región vitivinícola de Mecsekalja que, sin duda, merece la pena visitar y cuyos vinos catar. En la zona están especializados en vinos espumosos, los más conocidos y demandados son el Riesling, el Riezlingszilváni, el Tramini, el Hárslevelu y el Királyleányka. Todos son de sabor suave y blando, floral y fresco. Los que más le gustan a los húngaros son los vinos blancos y espumosos. Es curioso, su tinto de verano se llama “fröccs”, o lo que es lo mismo, vino y gaseosa. Y aunque apuntaba a ser la variante húngara del tinto de verano de toda la vida, ellos lo hacen con vino blanco o rosado.
Ciudad universitaria
A pesar de ser una ciudad pequeña, con una población de 160.000 habitantes, Pécs acoge a más de 3.000 estudiantes universitarios. Gracias a su carácter multirracial y a su ciudad universitaria de arquitectura barroca, en época lectiva se transforma con un espíritu único y abierto. Ese es el espíritu Erasmus. Es la segunda ciudad estudiantil de Hungría después de Budapest. Por eso hay bastante ambiente nocturno y bares de copas que se llenan los fines de semana.
¿Dónde comer y beber en Pécs?
En el casco antiguo, en la zona peatonal, hay numeroso cafés con terraza y restaurantes muy acogedores como el Replay Café en Király utca número 4. Una opción estupenda para cenar a buen precio y gran calidad es Corso, muy cerca del anterior. Y el restaurante con más renombre de la ciudad por estar en un sitio privilegiado es El Pezsgöház en la Plaza de la Catedral. Suele estar siempre de bote en bote.
Para tomar un copita después de la cena, os recomiendo el Café Cyrano and Lounge con Dj´s y música en directo desde que abren hasta que echan el cierre. Y para acabar la fiesta el Club de los Tóxicos que suele poner música punk, metal y rock del duro.
DianaRPretel
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