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Praga, también conocida como la ciudad Dorada o la ciudad de las Cien Torres, es mágica gracias a sus construcciones palaciegas y sus innumerables torretas. No es de extrañar que una vez allí sintáis que estáis dentro de un cuento de hadas.
El Reloj Astronómico del Ayuntamiento
Seguro que habéis oído hablar de él miles de veces porque éste es reloj medieval más famoso del Planeta y lleva en la Torre del Reloj del Ayuntamiento desde el año 1.490 cuando lo construyó el maestro y conocidísimo relojero Hanus. Lo encontraréis en la Torre del Reloj a pocos mejor de la Iglesia de Tyn. Uno de los atractivos de esta obra de arte es el desfile de los 12 apóstoles cada vez que marca las horas en punto. Es uno de los lugares idóneos para plasmar una instantánea de las Plaza de la Ciudad Vieja. Las vistas quitan el hipo.
Foto: Klearchos Kapoutsis
El Castillo de Praga y su Callejón del Oro
Una vez lleguéis al Castillo de Praga, del siglo IX, enseguida os daréis cuenta que estáis ante el castillo medieval más grande del mundo. La verdad, impresiona verlo. No es una fortaleza medieval al uso, sino que la componen un grupo de palacios en medio de un laberinto de callejones estrechos. La vida de la capital checa gira en torno al su castillo, de hecho la ciudad en su momento se construyó alrededor de él. En el interior, una de las calles más famosas y visitadas es el Callejón del Oro. Repleta de casa bajitas y coloridas, esta calle es ideal para que se pare el tiempo. Y como curiosidad, el número 22 fue la residencia en su día del mismísimo Franz Kafka a principios del siglo XX. Se cree además que en este lugar vivieron generaciones y generaciones de alquimistas y más tarde, ya en el siglo XVIII fue poblada por artesanos.
Las Torres de Praga
Entre otros monumentos, si os acercáis al Castillo de Praga, es parada obligatoria la Torre Daliborka, una antigua cárcel que para nobles y que luego acabó siendo una prisión común. La Torre Negra, funcionó también como cárcel aunque en este caso para los deudores. La Torre Blanca era otra prisión en la que se encerraba a los miembros de la nobleza y la Torre de la Pólvora, que acabó convirtiéndose en un laboratorio para los alquimistas de Rodolfo II, el Rey.
Un crucero romántico por el río Moldava
¿Queréis sorprender a vuestra pareja?. Pues no se hable más, no fallaréis si reserváis un crucero nocturno con cena y música en directo. Durante las 3 horas de trayecto disfrutaréis de una velada sin igual, cruzaréis todos los puentes iluminados de la Ciudad Dorada, incluido el famoso Puente de Carlos, aunque también el Teatro Nacional y otras tantas joyas medievales que tiñen de vida la capital checa. Y ojo, el paseo es asequible dentro de lo que cabe: el paquete de crucero y cena vale 36 euros en el caso de los adultos y 19 euros para los menores de 11 años. Los menores de 3 viajan gratis.
La fábrica de Budweiser
Pocos saben que la cerveza Budweiser es de la República Checa. Pues sí, lo es. La encontraréis en la ciudad de Ceske Budejovice, de gran tradición cervecera. Tal es así, que este edificio del siglo XIII se puede visitar y probar in situ las bondades de esta universal bebida. Allí veréis maquinaria histórica de la era medieval. Es curioso ver cómo se hacía y cómo se hace en la actualidad. La fábrica está abierta de 9 de la mañana a 5 de la tarde y el precio ronda los 4 euros por persona. Lo ideal es reservar, sobre todo si pretendéis conocer los secreto de la Budweiser con un guía. Merece la pena.
