El turismo necrológico es otra forma de hacer turismo. Os propongo un paseo con historia por el Cementerio Père-Lachaise de París, el más visitado del mundo. Una visita al Puente del Alma, el lugar donde murieron en un accidente de tráfico Diana de Gales y Dodi Al-Fayet. Y, por supuesto, os recomiendo que os adentréis en el Panteón de Napoleón.
El Cementerio Père-Lachaise:
En este campo santo del este de País descansan los restos mortales de escritores, artistas, pintores, actores y políticos de todas las épocas, como Frederic Chopin, Oscar Wilde, Moliére, Honoré de Balzac, Jim Morrison, Maria Callas, etc. Todos forman parte de la historia de este país y sus tumbas son la más visitadas del cementerio. Las más populares incluso han tenido que ser valladas o aisladas con mamparas, para que los fans no las estropeen. Por ejemplo, en la tumba del célebre Oscar Wilde se puso de moda dejar besos marcados con carmín. Más tarde lo prohibieron, por expreso deseo de la familia, y le colocaron una mampara que impide dejar esa huella. O la tumba de Jim Morrison, el mítico cantante del grupo The Doors, en la que durante un tiempo era un ritual que las parejas se dieran un revolcón. Como ahora está vallada, es imposible acercarse tanto y los fans han optado por dejarle allí cosas que le gustaban (cigarrillos, cerveza, etc). La tumba de Morrison comenzó a recibir visitas de manera masiva cuando Oliver Stone rodó su película sobre The Doors. En su lápida se puede leer la siguiente frase en griego “Kata ton daimona eaytoiy” que significa “recuerdo del héroe llevado por su demonio”.
El Puente del Alma:
Desde el 31 de agosto de 1997 cuando Diana de Gales y su novio Dodi Al-Fayet perdieron la vida, este puente parisino se ha convertido en un auténtico santuario. Las muestras de cariño a la pareja nunca han cesado, aunque hayan pasado los años. Sobre el puente, justo encima del lugar donde sufrieron el fatal accidente, encontraréis una llama eterna que se ha convertido en un altar improvisado para recordar a Lady Di, la princesa del pueblo. Es la escultura de una antorcha gigante (una réplica de la que sostiene la estatua de la Libertad de Nueva York) y que aunque se colocó en 1989, desde el misterioso fallecimiento de Diana de Gales se ha llenado de flores, fotos y velas. En ese punto de París, sobre el río Sena, se recuerda desde entonces el lugar exacto de su muerte. Sin duda, una visita obligada si vais a París.
El Panteón de Napoleón:
Los restos de Napoleón Bonaparte descansan en un lugar privilegiado, concretamente en el Palacio Nacional de los Inválidos. Hay varias teorías sobre su muerte el 5 de mayo de 1821 cuando tenía 51 años: a causa de un cáncer estomacal o envenenado por arsénico. Pero Napoleón no está solo en Los Inválidos, le acompañan otros personajes ilustres de Francia como Voltaire, Paul Marat, Marie Curie, Jean Moulin, Emile Zola, Alejandro Dumas o Victor Hugo. Todos descansan en esa inmensa necrópolis republicana. En el siglo XIX, cuando ni existía la Torre Eiffel ni por supuesto la Torre Montparnasse, el Panteón era parada obligatoria porque (además de la historia que soportan esos muros) albergaba las mejores vistas de la ciudad de París.
Twitter: @DianaRPretel