Ruta de Kafka en Praga

 Desgraciadamente, como ocurre en muchas ocasiones, su grandeza  fue reconocida a título póstumo una vez que su gran amigo  Max Brod desobedeció la orden impuesta por Franz de quemar toda sus obras después de que la tuberculosis hubiese ganado la batalla. Gracias a ese gesto, hoy en día contamos con uno de los grandes en la literatura europea y  cuya obra además ha transcendido al vocabulario del ciudadano. Su legado nos ha otorgado frases como »Esto es Kafkiano» o »Esta situación es Kafkiana»,  que sirven para describir situaciones surrealistas.

Aunque solamente escribió tres novelas, El Proceso, Castillo y América, él destacó por los relatos cortos y parábolas. Si estás interesado en leer a Kafka te recomendamos que leas La Metamorfosis, una de las obras más leídas de la historia.

En el número 5 de la calle Radnice, muy cerquita de la plaza vieja, encontraremos un edifico imponente que sustituye al hogar natal del notable escritor que fue destruido por las llamas. Además, en esa plaza encontraréis el Café de Kafka y un busto dedicado a uno de los mayores exponentes de la literatura universal. Por cierto, si estáis interesados en las cafeterías, Kafka era asiduo al Café Slavia y al Louvre.

Su barrio, el de Josefov, homenajea al que probablemente sea su habitante más famoso, en un lugar privilegiado, junto a la Sinagoga Española de Praga

Esta genial escultura- la foto principal- nos muestra un cuerpo vacío, vestido con chaqueta y unos pantalones, aguantando en sus hombros a Franz. Realmente, esta estatua puede llegar a desconcertaros, resulta extraña ¿Qué tipo de homenaje a un escritor es este?

Resulta que hace referencia a su obra Descripción de una lucha , donde un hombre recorre las calles de la ciudad a hombros de otro. Después de conocer su historia,  ¿no os parece una escultura kafkiana? 🙂

En una de las laderas del antiguo Castillo de Praga, residió el acutor en la casa número 22 durante unos meses junto a su hermana.

Una casa pequeña, coqueta y colorida situada en este callejón estrecho que hoy en día es una de las mayores atracciones turísticas de Praga por su exquisita belleza.

En estos dos emblemáticos edificios de la ciudad, Kafka estudió en primer lugar bachillerato y  después, como muchos de los genios, no encontró su camino en la universidad. Franz llegó a matrícularse  en 3 carreras diferentes hasta que, obligado por su padre, eligió Derecho.

Una vez acabó sus estudios, trabajó durante dos años sin remuneración en un trabajo totalmente burocrático y aburrido para su persona.Esta experiencia  fue uno de los mayores motivos que influenciaron su obra.

Abierto en 2005, ofrece la posibilidad de conocer en profundidad detalles de la historia del mito checo en orden cronológico. Puede ser un lugar a tener en cuenta para contemplar manuscritos, libretas, dibujos, anotaciones, sus obras, o utensilios personales. Un tesoro para los fans de Kafka y una visita curiosa para aquellos que no estén muy familiarizados con su persona.

Aunque como ocurre en Filadelfia con Rocky, muchas de las personas que se acercan al museo lo hacen para fotografiarse con la escultura que hay en el exterior ya  que es muy llamativa. Aparecen dos hombres orinando en un pequeño estanque y moviéndose constantemente. Como curiosidad, si envías un SMS, estas esculturas puedan escribir el nombre que desees en el estanque.

Aunque falleció en Austria, los restos del escritor se encuentran en uno de los cementerios judíos de Praga, concretamente en el de Olsany.  El camposanto es conocido por sus monumentos modernistas y porque en los años de la peste albergó hasta dos millones de entierros.

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