No hay otro lugar en el mundo mejor para pasar la jornada del 23 del abril, Día Internacional del Libro. Y no solo porque se celebra el patrón protector de la ciudad y de las letras sino porque todo el lugar es una fiesta.
Día del Libro
Las Ramblas al completo se llenan de puestos repletos de volúmenes y rosas rojas. La tradición manda que durante este día, festivo en la Ciudad Condal y en toda Cataluña, es obligatorio regalar un libro a los caballeros y una rosa roja a las damas. Eso es lo que dicta la costumbre, pero como estamos en la postmodernidad y las señoras leen más que los hombres y compran más libros que los varones, puedes trastocar el orden.
La tradición se remonta al siglo XV y hoy la realidad es bien distinta. Durante este día, los anteriores y posteriores, los libreros hacen un descuento del 5% sobre el precio marcado en la etiqueta. Recuerda que en España el precio de los libros nuevos (que otra cosa son los de anticuario o segunda mano) es fijo para todos los establecimientos.
Aunque las pilas con las novedades copan la gran mayoría de los espacios, no hace falta ser un bibliófilo empedernido para disfrutar curioseando entre los estantes y los títulos. Siempre se encuentra ese clásico, ese poemario, esa novela que has querido leer o que leíste en ejemplar prestado y ahora quieres poseer.
Otra excusa más para disfrutar de este día tan especial radica en esa sensación de fin de los tiempos que se respira en el aire. El avance del libro electrónico, de la información que habita en los píxeles inmateriales de la pantalla (como la que lees actualmente) nos deja como un regusto extraño. El libro físico y material tal como lo conocemos parece que se aproxima a su fin, aunque no sea así. Aún así, esto que digo no tiene que ser un motivo de tristeza, todo lo contrario. Cuando te pasees por las Ramblas piensa que lo mismo dentro de 20 años la fiesta se celebra de forma diferente.
Tienes, además, que estar atento al calendario de eventos programado por los libreros participantes, ya que se organizan conferencias y debates de interés. Y eso sin contar el contacto con los escritores más demandados que suelen estar a disposición de sus lectores para charlar y firmar ejemplares.
San Jorge, San Jordi o Sant Jordi
La leyenda cuenta que en un pueblo remoto de la Capadocia vivía un dragón que exigía a los habitantes del lugar un cordero y un ser humano para saciar su hambre. Las víctimas eran elegidas por riguroso sorteo hasta que le tocó a una bella princesa que, amparada por el caballero Jorge, pidió al héroe que matara el dragón. Dispuesto a plegarse a los deseos de tan linda muchacha, con su espada logró liquidar a la bestia y de la sangre derramada brotaron rosas rojas.
La simbolización junguiana y freudiana de esta narración clásica de princesas desvalidas y valientes caballeros no puede ser más clara. Y ya sabes que la explicación a todo esto (como otras historias hermosas) se encuentra en los libros.