La Torre de Belém es un punto único en la ciudad de Lisboa porque cumplía un papel fundamental en la regulación del puerto de la ciudad. Construida en 1515, era una fortaleza que protegía y regulaba los barcos que entraban y salían por el gran puerto de la ciudad.
Importante en los viajes de descubrimiento porque era el punto de partida y porque era lo último que veían los marineros de tierra firme y de su patria. Como símbolo de Portugal, la UNESCO nombró a la Torre de Belém como Patrimonio de la Humanidad, por eso es visitada por miles de turistas diariamente.
El encargado de la construcción fue Francisco de Arruda, quien construyó varias obras de arquitectura manuelina para la nación de Portugal y la Torre de Belém es una de las más famosas del mundo.
La fachada exterior del fuerte es peculiar y hace que sea un monumento único. Adornado con torres, esferas, cuerdas talladas en piedra, un rinoceronte y la cruz de la Orden de Cristo definen el estilo del autor. En el interior de la Torre de Belém podemos observar un estilo gótico y un amplio salón que antaño sirvió de almacen de armas, prisión y de centro de recaudación.
Pero lo más significativo de la torre es la escultura de la virgen Nuestra Señora de la Fiesta de Seguridad, que representa la protección y cuidado de los marineron que cuando salían a alta mar era la última imagen que veían y a quien le rezaban para tener un buen viaje.
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