El de Oporto es el vino fortificado más conocido del mundo. ¿Y por qué es fortificado o fortalecido? Pues porque se le añade aguardiente para paralizar la fermentación de la fruta y eso hace que conserve el sabor dulzón original de las uvas y que contenga más alcohol. Blancos o tintos, da igual. Esto no es nuevo. Se viene haciendo desde el siglo XVII, cuando los ingleses querían llevarse a casa el “vinho” portugués. Para que el vino soportara mejor el viaje en barco, los comerciantes británicos le echaban aguardiente para que cogiera fuerza. Y ahí empezó todo. Ahí está el origen del vino de Oporto.
Donde hay mayor concentración de bodegas de este tipo de vino es en Vila Nova Gaia, un municipio cercano a Oporto y plagado de viñedos a orillas del río Duero. ¿Os apetece acudir a una cata de vinos en Oporto? Estas son algunas de las bodegas que no os podéis perder si queréis vivir una experiencia vinícola 10:
Bodegas Sandeman: Sin duda, Sandeman es una de las bodegas más importantes de Oporto y también una de las más famosas por su reconocible logotipo: la imagen de Don Sandeman, un personaje lleno de misterio ataviado con una capa negra y un sombrero español. Pero lo mejor de la visita son los aromas y los gustos. Saldréis enamorados del vino de Oporto. Recordad que las catas son diarias y que la entrada normal cuesta algo menos de 5 euros.
Bodega Ramos Pinto: Esta es parada obligatoria sí o sí. Fue fundada a finales del siglo XIX por Adriano Ramos Pinto y ahora se ha convertido en una de las más visitadas de Oporto. Por un total de 6 euros visitaréis la bodega, la casa del fundador y asistiréis al final a una cata de vino de Oporto. La entrada es más cara que las anteriores, pero el recorrido es más completo.
Bodega Ferreira: Dicen que es una de las bodegas más bonitas del mundo, aunque no es tan conocida como la anterior. El edificio, construido sobre un antiguo convento, es en sí una obra de arte. Sin embargo, lo que esconde tras sus muros también lo es. El negocio lo comenzó en 1751 una familia vitivinícola del Duero y a día de hoy estamos ante una bodega de referencia que elabora y conserva la mejor colección de vino de Oporto de los siglos XIX y XX. Y no es una exageración. La entrada paradójicamente sólo cuesta 4,5 euros.
Bodegas Offley Forrester: Su origen tiene nombre propio, William Offley. Junto a él, el reconocido y respetado enólogo barón Forrester pusieron en marcha en el 1737 la que hoy es una de las bodegas (dicen) con más aroma. Eso sí, tened en cuenta que sólo abre en temporada alta, de marzo a octubre. Aunque se puede visitar 3, Sandeman, Ferreira y Offley por el módico precio de 9 euros.
Bodegas Calem: Aunque no llama especialmente la atención, Calem está dentro del circuito obligatorio de los “vinhos” de Oporto.
Twitter: DianaRPretel