Por algunas razones, el periodismo bordea la pornografía si se ve de cerca. Algunas imágenes que son presentadas en medios periodísticos, tienen de pornográfico el alto nivel explícito de su contenido, además de generar una suerte de visión masturbatoria sobre lo que se ve. Así, la dimensión del retrato o el paisaje, o el contenido de una acción en el espacio, de un acto que puede bordear lo calmo o lo violento, encaja particularmente en esto que se llama “periodismo”. Bajo la etiqueta “informativa”, la fotografía periodística puede darse la libertad de exponer o censurar cuando considere posible dentro de su discurso o visión reveladora.
La cuestión empieza desde la ficción que una misma fotografía genera. Tenemos el caso reciente de aquella foto de la pareja durante un saqueo tras un espectáculo deportivo que termino en alarma pública. Si lo recordamos, la imagen muestra a un hombre y una mujer, ambos jóvenes, posiblemente entre los 20 y 30 años, dándose un beso hermoso mientras están en el suelo, entre las llamas y la violencia policial. El resultado: la imagen perfecta, el amor lo puede todo,”all you need is love..”, etc. El contexto de la aparición de la imagen, claro, coincidió con las acampadas en Europa, Syria, y otros movimientos revolucionarios: imagen icónica, el sujeto contra la maquina vence una vez más en un arranque de pasión bordeando lo sexual, erótico, la juventud presente.
La verdad de la foto se supo al poco tiempo después. El muchacho consolaba a su pareja tras que ella recibiera un golpe inadvertido de la policía. Toda la magia de la idea revolucionaria se disolvió y por el contrario, un video online mostro la verdadera imagen: la chica es golpeada, grita desesperada y entre llantos, el joven trata de consolarla. Lo bueno de las redes sociales es que pueden contribuir a que esta suerte de ideas o imágenes icónicas se deconstruyan inmediatamente. Del amor como salida y la revolución ideal, pasamos a la tragedia y la realidad de la violencia. Es así como la imagen fotográfica sirve de herramienta y manipula. Tanto bajo intereses políticos, de mercado o propaganda, una imagen “habla más que mil palabras”, pero lo importante ahora es que gracias a las nuevas tecnologías, todos tenemos acceso a la posibilidad de crear nuestras propia imágenes y así, proponer nuevas formas de subjetivación.
El conocimiento entonces no lo devela la imagen en cuestión, sino el resultado de su condición esencial, que por otra parte, es una nueva ficción construida desde otros medios. La exposición del World Press Photo pone sobre la mesa esta discusión y muchas otras dentro del campo de la fotografía periodística. Habría que recordar por un instante una de las imágenes que ganó el año pasado, aquella de una mujer que perdió la nariz y un pedazo de su rostro debido a la violencia doméstica. Claramente, esa imagen era de otras condiciones políticas, pero eso, eso es para otro artículo. Para más información, visita la siguiente página web: http://www.cccb.org/ca/exposicio-world_press_photo_11-39444
Consigue apartamentos en Barcelona y conoce de cerca la nueva exposición de World Press Photo. Veremos que nuevas sorpresas nos trae esta vez tan “popular” exposición de imágenes contemporáneas.