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Si le pedimos a alguien por debajo de los 50 años que nos de una lista de los barrios de Berlín nos enumerará a Kreuzberg, Friedrichshain, Mitte, Prenzlauer Berg, Neukölln… però lo más probable es que se deje uno que, haciendo la misma pregunta a los jóvenes unos 40 años atrás, hubiese sido el primero que hubieran respondido: Schöneberg.
Foto: Roger Wollstadt
Schöneberg se encuentra en un punto central de Berlín, en el antiguo Berlín Occidental, entre Charlottenburg y Friedrichshain-Kreuzberg, al sur del río Spree. Tiene un aire señorial y elegante, una zona donde se nota que fue de importancia en épocas pasadas, antes de que Friedrichshain y Kreuzberg se convirtieran en las zonas de más popularidad para los que llegaban a Berlín.
Schöneberg es uno de los barrios históricamente más populares de Berlín y a la vez uno de los más pasados por alto por las nuevas generaciones que visitan la capital alemana. Es sin duda un distrito que evoca a la historia y a la época dorada de la ciudad sin perder un ápice de su encanto y atracción. Schöneberg era la personificación en barrio de la época dorada del Berlín de los años 20 y principio de los 30 durante la República de Weimar, donde frecuentaba la mayoría de intelectuales llegados de alrededor de Europa que venían a esta ciudad liberal para disfrutar de su ambiente artístico y literario y, de igual importancia, homosexual, ya que Schöneberg era el centro gay de Berlín hasta que los nazis lo cortaron todo. Bares como Eldorado y cabarets eran frecuentados por intelectuales de la época como el escritor inglés Christopher Isherwood y sus contemporáneos que iban a ver a la actriz y cantante Marlene Dietrich u otras artistas de cabaret. Berlín florecía después de la Primera Guerra Mundial y Schöneberg era su centro.
Más adelante, Schöneberg fue donde vivían David Bowie e Iggy Pop durante su estada en los 70, aunque no fueron los únicos famosos que escogieron este barrio para vivir, ya que gente como Albert Einstein, el escritor Hans Fallada o Billy Wilder también tenían su casa en este barrio. Hoy en día, Schöneberg ya no goza de ser el centro neurálgico de Berlín ni de tener intelectuales y famoso habitando sus apartamentos pero aún conserva su magia de antaño aunque con un toque nostálgico, algo que hace que visitar el lugar bien valga la pena.
Hay lugares bonitos e importantes para visitar. Sin ir más lejos, el Rathaus Schöneberg, el ayuntamiento del distrito, es donde John F. Kennedy hizo su famoso discurso de «Ich bin ein Berliner» en el año 1963, un lugar que sin duda hay que visitar debido a su gran importancia histórica. Para ir de compras, el famoso centro comercial KaDeWe se encuentra en Schöneberg, en Wittenbergplatz, mientras que el distrito también está lleno de coquetos bares, cafeterías y restaurantes que conservan un poco el encanto de antaño y que evocan al pasado, haciendo volar la imaginación y viendo como este lugar fue el hotspot más importante de Europa hace casi cien años.
Sus señoriales edificios de blanco pulcro rodeados de árboles que escoltan las calles y sus placitas con fuentes le da un aire único a este distrito, y es muy fácil ver por qué tanta gente escogió Schöneberg para vivir su experiencia berlinesa, en unos tiempos donde las preferencias y los valores eran distintos a los de hoy en día y en una época donde la belleza estética se valoraba más altamente que las comodidades.
Sin duda, Schöneberg evoca una época dorada de la ciudad, un lugar de pura belleza en que podrás alquilar apartamentos en Berlín y rememorar las décadas pasadas además de disfrutar de una de las zonas con más estilo extravagante aunque sin perder la elegancia.
