Hay mil maneras de viajar. Cuando se es joven, lo más probable es que se empiece con un Interraíl por Europa y yendo a youth hostels que apenas valen 10€ la noche. Como todos hemos pasado por esto, podemos dar fe de que la higiene personal a veces no es toda la que nos gustaría. Las duchas normalmente cortas y frías, sudar más de lo que se querría al visitar monumentos a pleno sol, llevar el mismo calzado cada día… Es por eso de que una de las primeras cosas que se desea y que luego se hace al llegar a casa es echarse una buena ducha. De todos modos, ducharse o limpiarse en cada país se hace de diferente modo. Aquí tienes unos ejemplos peculiares.
Si viajas a Budapest, una de las cosas que sin duda harás es visitar uno de sus balnearios. Muchos turistas vienen aquí por la experiencia pero muchos locales vienen aquí a lavar y purificar su cuerpo. Es obligatorio ducharse antes de entrar a las piscinas de agua caliente pero mucha gente se salta esto y se echa directamente dentro. No estamos diciendo que las piscinas están sucias sino al contrario, que es aquí dónde la gente viene a lavarse, sea en la misma piscina o en las saunas, siguiendo una tradición que lleva produciéndose desde hace miles de años.
Si por el contra viajas a Centroamérica es posible que te encuentres duchas en que el calentador no está detrás de la pared sino que está en el teléfono de la ducha en si. Es decir, que un aparato eléctrico y el agua se tocan. ¿Peligroso? Mucho. De hecho, mucha gente se electrocuta cada año en esta zona debido a aparatos así, por lo que si te encuentras por Nicaragua o El Salvador y ves que tu ducha tiene un calentador en el mismo teléfono, quizás sea buena idea ducharte con agua fría.
Marruecos es un país de tradiciones milenarias y una gran experiencia que nadie se puede perder son los hammams. Estos balnearios son diferentes a los europeos, ya que allí se separan por sexo y el que te limpia no eres tú sino otra persona. Cuando vas al hammam, lo que te tienes que traer es tu propio tapete, comprar el jabón negro allí y entrar al baño desnudo. Allí, llenas un cubo con agua caliente que luego te echarás por encima. Después, un hombre (o mujer, según) de allí te fregará el jabón por el cuerpo y te exfoliará; prepárate a sentir dolor ya que los ‘masajes’ que dan son de lo más… cómo decirlo… energéticos. Luego, échate el agua que queda por encima y saldrás cómo nuevo. No te preocupes si la persona que te lo hace está desnuda, sobre todo en un hammam público, aunque hay que decir que la buena educación es que se lo hagas a él cuando termine contigo.
Para ducharte como en casa te recomendamos:
HOUSEBOAT AVIVA
GREATSTAY-GLEDI
ON TREVI 1
Todos estos ejemplos son una experiencia única, para así decirlo, pero por qué no vas a lo fácil y alquilas apartamentos en Berlin , ya que todos tienen una ducha como la que tienes en casa dónde de podrás duchar y quedar como nuevo sin tener que preocuparte si el agua está sucia, si te va a hacer daño o te vas a morir.