Semáforos por el mundo para todos los gustos

¿Qué sería de nuestra vida sin semáforos? No es una pérdida de tiempo estar al otro lado de la acera esperando a que el semáforo se ponga en verde. Todo lo contrario, es un seguro de vida. Desde que se instaló el primer semáforo en 1914 en Cleveland (EEUU) estos aparatos han cambiado bastante. Los hay para todos los gustos: sobrios, divertidos y de género. Viajamos por el mundo a través de sus semáforos.

 

Los semáforos románticos de Islandia

La originalidad no tiene precio y tampoco tiene límites. En la ciudad islandesa de Akureyri se les ocurrió la gran idea de sustituir los luminosos de los semáforos por corazones verdes y rojos. Al final, con esta curiosa medida, las autoridades de Akureyri han logrado que los peatones estén más atentos a los semáforos y se produzcan menos accidentes.

 

El semáforo berlinés: Ich bin ein Berliner

Nada más aterrizar en Berlín lo primero que os va a llamar la atención son sus semáforos. Para quien no lo sepa, estos graciosos muñecos se llaman Ampelmännchen y, cuando la figura roja extiende sus brazos, significa que está prohibido cruzar. Si por el contrario el muñeco se tiñe de color verde y da un paso adelante ya está permitido pasar. El Ampelmännchen se ha hecho tan famoso que se ha convertido en una seña de marca de la ciudad y en la imagen estrella de las tiendas de souvenirs.

 

Semáforos paritarios en Valencia

Semáforos para ellos y semáforos para ellas. Con motivo del Día Internacional de la Mujer en el centro de Valencia el Ayuntamiento decidió ponerle falda a los semáforos para que las mujeres también estuvieran representadas, sin caer en la discriminación positiva. Eso sí, la medida no ha estado exenta de comentarios a favor y en contra en las redes sociales.

 

Semáforos en el suelo para “móvil-adictos” en Alemania

Lo de incrustar literalmente semáforos en el suelo es una iniciativa pionera en Colonia y Augsburgo (Alemania) y ejemplo para otras ciudades que podrían sumarse. Están ideados para aquellos peatones que caminan sin soltar el teléfono móvil y no levantan la mirada ni para cruzar la calle o, en este caso, las vías del tranvía. El funcionamiento es muy sencillo: cuando hay peligro unas franjas LED situadas en el suelo alertan de que el semáforo está en rojo.

 

Árbol de semáforos en Londres

Traffic Light Tree es una obra de Pierre Vivant, y tal ha sido su éxito, que en 2014 fue trasladado a la rotonda del Billingsgate Fish Market. Afortunadamente no sirve para regular el tráfico, sino para adornar. Nadie se aclararía con un semáforo de esas características y, más que ayudar, confundiría a los conductores. Para que os hagáis una idea, mide más de 8 metros y cuenta con 75 juegos de luces y su enorme complejidad llevó a su escultor a ganar la Public Art Commissions Agency.

 

Ambar, azul y rojo en Japón

No os empeñéis en buscar semáforos de color verde en Japón porque no es tan fácil encontrarlos. Es un consejo. Si viajáis al país del sol naciente, debéis saber que el verde de los semáforos lo han sustituido por azul turquesa. Y tiene una explicación: tanto en Japón como en otros países asiáticos usan la misma palabra para el azul y el verde. Así que no os preocupéis, no sois daltónicos.

 

Twitter: @DianaRPretel