Hay quien dice que, si viviese hoy en día, Shakespeare se habría hecho director de cine. Con permiso de los críticos, si hubiese nacido en la década de los ochenta del pasado siglo, sería bloguero. Y no uno corriente y moliente, sino uno de éxito con cientos de miles de seguidores. Porque el gran bardo inglés (1564-1616) fue un artista hijo de su tiempo, un empresario sagaz y un titiritero de la palabra. Explotó las posibilidades del teatro, como todos sabemos, pero sus sonetos son de una belleza memorable (bueno… dignos del top ten de las letras universales que es el poeta inglés). Y el caso es que Shakespeare inventar, lo que se dice inventar tal como lo conocemos hoy en día, hizo más bien poco. Sus historias (desde “El Rey Lear” hasta “Hamlet” pasando por “Romeo y Julieta”) ya existían en compendios anteriores. Pero, retoma esta tradición (interdiscursividad se llama), la moldea, la cambia, la transforma y coloca las palabras acertadas para que la tensión dramática no pierda un ápice.
Aunque constantemente (hace tan solo unos meses sin ir más lejos) van saliendo a la luz noticias sobre los emplazamientos donde estrenó el dramaturgo inglés, tenemos que tener en cuenta que los teatros, como los espacios físicos de hoy en día, no existían. Los emplazamientos se improvisaban en cualquier lugar (en un patio de vecinos, en la calle o en la corte) y los escenarios (como sucede con el Noh de Japón) estaban casi vacíos. Además, los personajes femeninos eran interpretados por hombres (también ocurre en la dramaturgia tradicional nipona) y los espectáculos tenían que tener superávit en taquilla. Pero con todos estos condicionantes, Shakespeare construye una obra que, según Harold Bloom, en su “Canon Occidental”, pone palabras a todos los sentimientos humanos.
Pues bien, que me pierdo hablando de estas cosas que tanto me gustan, con parecidos condicionantes se viene celebrando desde el año 1954 una cita con el teatro de Shakespeare en el Central Park de Nueva York durante el verano. Este año es doble: “As you like it” desde el 5 al 30 de junio y desde el 23 de julio hasta el 25 de agosto el espectáculo va rotulado como “Into the Woods”. Las entradas, no te lo pierdas, son gratis, aunque hay que reservar con antelación y las funciones son en el Teatro Delacorte, a las 8 de la noche. Las indicaciones y los condicionantes a tener en cuenta (tormentas de verano, horario de cierre de la zona verde, etc. etc.) están publicados en la página Web abierta al respecto por la organización: http://www.shakespeareinthepark.org/
La parte glamurosa de este espectáculo viene de la mano de una representación con cena de gala y precios por las nubes estratosféricas con el fin de recaudar fondos para la asociación. Este año ha sido amenizada por la gran Meryl Streep, siendo el maestro de ceremonia un actor tan vinculado a Shakespeare como es Al Pacino. ¿Conocéis su interpretación del judío en la última película de Michael Radford “El mercader de Venecia? Pues, simplemente, impresionante.
Hay que hacerse con algunos de los apartamentos en Nueva york que estén cerca del Central Park y disfrutar de alguna de estas puestas en escena gratuitas. Un libro con las obras de Shakespeare (me pido “Macbeth”), completarán el resto.