Llegamos a la Gran Manzana a media tarde. Era una tarde fría de invierno que amenazaba con lluvia y nieve. Tras el cansancio del largo vuelo, nada más quería instalarme en uno de los magníficos apartamentos en Nueva York que habíamos reservado online, deshacer la maleta, tomar una ducha y comer algo ligero. Y eso fue lo que hice.
Aunque afuera hacia frío, el aire refrescante hacía que la caminata fuera deliciosa. Nos acercamos hasta la Sexta Avenida, muy cerca de los preciosos apartamentos que nos servirían como cuartel general durante unos días, y nos refugiamos en el Lifetime Natural Market, un hipermercado grandioso donde todo es ecológico y biológico. No pude resistir la tentación y compré deliciosas y olorosas manzanas de varios tipos, algunas vitaminas para prevenir un posible catarro por los cambios de temperatura y unos apetitosos rollitos preparados allí mismo. ¡Una delicia para el paladar y los sentidos! Pero, tal como comentamos de regreso a nuestra casa provisional, lo mejor fue el trato recibido por su preparadísimo personal. New York es una urbe inmensa, sí que es verdad, pero acogedora y educada donde podrás encontrar de todo si sigues cualquier dieta ya sea vegetariana, vegana o macrobiótica, aunque el Lifetime Natural Market también puede ser una buena base de aprovisionamiento para “omnívoros estrictos”.